Crítica Literaria (continuación)


Método psicocrítico:

La psicocrítica es una teoría psicoanalítica del siglo XX, surge con Charles Mauron en 1948.

Intención: descubrir la génesis de la obra.

Objetivo: Poner al descubierto la existencia de determinadas estructuras en el inconsciente reconocibles.

Hay figuras estilísticas que se repiten en las obras. Lo importantes es dejar lo onírico y crear una red asociativa, tejido, para establecer la historia oculta del emisor, detectando el mundo reprimido a través de la lectura detenida.

Mito personal:
-Fantasma persistente.
-Se lee el drama de un hombre manifestado en su escritura.
-Forma indirecta de ejercer el psicoanálisis.

Construir el mito: 

1-Leer la obra completa de un autor.
2-Buscar las metáforas obsesivas, imágenes que se repiten, situaciones, preocupaciones que obsesionan al autor.
3-Determinar el mito personal, interpretar una imagen obsesiva, conflicto detrás de la escritura. Construir mi hipótesis.  
4-Confrontar el mito personal y la biografía del autor.

Ejemplo:

-Borges:

Obras desde “Fervor de Buenos Aires” (1923) hasta “La cifra” (1981)

Metáforas obsesivas: madre, padre, antepasados, muerte, pasado, soledad, sombras, recuerdo, batallas, memoria, tiempo.

Mito personal: El doble linaje.

-Heráldica: Heroica, historia, memoria. Su familia de sangre: la madre Leonor Acevedo, los fundadores, conquistadores, guerreros de la independencia, héroes.

“La luz del día exalta los cristales de la ventana desde la calle de clamor y de vértigo y arrincona y apaga la luz lacia de los antepasados.”

“Sala vacía” en “Fervor de Buenos Aires” (1923)

-Herencia: Destino. Su padre Jorge Borges, quería ser escritor, le deja su biblioteca. Intelectuales, ligados a la cultura inglesa, frialdad. Poe, Stevenson, Wells, Chesterton.
Oposición: dos lenguas, riqueza-pobreza, saber-ignorancia, linaje-cultura.

“¿Es que aquel niño que buscó en la entera biblioteca del padre las puntuales curvaturas del mapa y las ferales formas que son el tigre y la pantera?”

“All our yesterday” en “La rosa profunda” (1975)


Tomado de Ricardo Piglia “Ideologíay ficción en Borges”.


Método temático:

La importancia de este método es el tema, pero no el tema en sí mismo sino el tratamiento personal de éste.

Tematología: Rama de la literatura que se encarga del análisis de los temas, argumentos, relaciones interna y externas, manifestaciones textuales y artísticas anteriores o posteriores.

Tema:
-Según Tomaschevski (Formalista), es “de lo que se habla”.
-Según Cortázar (Escritor argentino), es “como el sol, astro en el cual gira un sistema planetario”

El tema puede ser:
            -Centrífugo: parte de algo fuera del texto, surge del autor.
-Centrípeto: literario, por la acción de los personajes se desarrolla y atraviesa otros.

Ejemplo:


Lectura crítica de “Orgulloy prejuicio” de Jane Austen. Elaboración de un trabajo monográfico “Somos muchomás que dos” y una primer experiencia de escritura de una crítica.

“Somos mucho más que dos”

Por Abigail Estenge

Al hallarme con esta obra, son numerosas las impresiones que se presentan al cómplice del escritor. Mi deseo es lograr transferir lo vivido a quien se disponga a leer estas páginas. Desde un primer momento, el título, tan profundo, lleno de significaciones, permiten que uno pueda inferir de qué se trata, ese encantamiento que provoca, permite afirmar que estamos a punto de sumergirnos en un gran clásico.
Jane Austen, así como lo apuntó Virginia Woolf, hizo un milagro en 1800 al escribir, más allá de su sexo, desistiendo ante cualquier obstáculo. Orgullo y prejuicio es una obra maestra, de ella sabemos que fue escrita cuando Jane ya había creado otras anteriores, desarrollando su talento y gusto por la escritura y lectura. Aproximadamente, la escribió cuando tenía veinte años ya aunque los primeros editores la rechazaron, esta fue publicada dieciséis años después.
La historia que cuenta Jane, está entre las principales de la novela inglesa, ha sido y sigue siendo leída por un público cada vez más amplio. Es más, el interés por nuestra autora y sus obras señalan que ha perdurado al paso del tiempo. Es una de las más conocidas, gracias a innumerables ediciones, películas y su reescritura en forma de un musical de Broadway.
El tema central que nos deja Orgullo y prejuicio es el casamiento, sobre el giran muchos otros que son atravesados por el primero. Se inicia con una frase que es una de las más famosas en la literatura británica, en ella se confirma la idea mencionada: “Es una verdad universalmente reconocida que todo hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita esposa.” ¿Por qué Jane decidió empezar así su escrito? ¿Por qué habla de solteros, fortuna, esposos? Al narrarnos esta historia, nos esboza una especial mirada del matrimonio, una problemática que ocurría en aquel entonces. Ante la ley de que la herencia no podía recibirla la hija y que había cambiado a la primogenitura masculina, debía obtenerla el hombre más cercano a la familia. La mujer quedaba desprotegida, sin recursos, la única instancia favorable era encontrar un varón que se haga cargo de ella. El amor importaba, pero la situación económica aún más. Austen, representó en sus novelas, la vida inglesa a principios del siglo XIX, exponiendo la vida diaria de las mujeres, haciendo una crítica de la sociedad y el papel que éstas ocupan en ella.
Además, hay que considerar que Jane vivió personalmente estos sucesos, su padre había fallecido y ella junto con su madre y hermana tuvieron que depender de uno de sus hermanos. Ella no se había casado, los amores no le fueron acertados y quizá es en su obra, donde nos deja a estos personajes para que podamos comprender el vivir en aquel período. Pero, es considerable la importancia que se da hoy a lo que esta historia nos cuenta, más allá que ha desaparecido la dependencia de la mujer y su desventaja.
La acción está circunscrita a un grupo de gente que vive sujeta a un código fijo de costumbre y es en el análisis de sus relaciones personales donde se reconoce el particularismo genio de la autora.
Austen  describe a una familia en medio del campo de Londres, allí aparecen lo Bennet, con sus cinco hijas. La señora Bennet es quien ve al matrimonio como esperanza para que sus hijas tengan bienestar, para que vivan un futuro ameno. Ante la llegada del hombre soltero de fortuna, Charles Bingley, la madre espera casar a alguna de sus hijas, es su única voluntad, por lo que va a hacer hasta lo imposible. Dinero, interés familiar, esperanza y futuro se unen en esta familia y sociedad.
Los personajes principales aparecen en esta historia son Elizabeth Bennet, la segunda hija mayor, y Fitzwilliam Darcy. Elizabeth, que es la protagonista, juzga erróneamente a un caballero, el señor Darcy, ella piensa acerca del orgullo de clase de éste, y éste se basa en malentendidos que aparecen a lo largo de la historia. Darcy es de clase social alta, sobrino de Lady Catalina, muestra tedio cuando su amigo Bingley lo invita a bailar con Elizabeth, ella lo escucha renunciar a la sugerencia de su amigo, pues dice que no la encuentra suficientemente hermosa para merecer su atención y ante este comentario es que Lizzy se siente herida en su orgullo.
Pasado un tiempo, cuando el Sr. Darcy se declara y le expresa su deseo de casarse, “a pesar de su origen inferior, su degradación, su reprensible familia…”, Lizzy es herida por tan arrogante método de proponer matrimonio y lo rechaza. Al día siguiente, Darcy le entrega una carta justificando sus acciones. La misma Jane Austen declaraba: “Siempre es incomprensible para un hombre ver como una mujer rechaza una oferta de matrimonio.” En ese momento, era muy difícil pensar en renunciar a una propuesta semejante, Lizzy ya había negado a Collins, su primo clérigo, el heredero de todo lo del señor Bennet. Si la mujer no se casaba era una solterona, así se manifiesta en uno de los fragmentos de la obra: “(…) Pero por atención a lo que voy a decirte, Lizzy, si es que piensas seguir rechazando todas las proposiciones de matrimonio que se te hagan, algún día serás una solterona en la que nadie se dignará poner los ojos y no sé quién va a mantenerte cuando tu padre muera”. (Capítulo XX)
Darcy A lo largo de la historia había cambiado su manera de ser. El asume la misión de encontrar a la hermana de Lizzy que se había fugado con Wickham, manteniéndolo en secreto. Elizabeth descubre este hecho que completa un giro radical en sus sentimientos, y ella comienza a lamentar haber rechazado la proposición de matrimonio que le hiciera Darcy, comprendiendo que las primeras impresiones, guiadas por el orgullo y el prejuicio, no siempre son las verdaderas. Cuando Darcy le propone matrimonio por segunda vez, Elizabeth acepta y se casan.
Así es como termina la obra, verdaderamente Austen plantea una gran historia de amor. En un análisis realizado, se calculó que la palabra amor aparece ciento veinticinco veces, matrimonio setenta y uno, mientras que casado/a setenta y dos, casarse veinticinco, también cartas ciento treinta y siete veces, las cartas tienen un papel importante en relación a los temas privados del relato y unido a ello, el énfasis particular en la esfera doméstica; y fiesta aparece veintiún veces, los bailes son el lugar de encuentro que va a llevar a que los matrimonios puedan efectuarse.
De estas cosas –el matrimonio, la herencia, las diferentes clases sociales, los intereses familiares, la mujer- de todo ello nos habla Orgullo y prejuicio. Hay en la técnica de Jane Austen una hábil economía que obtiene de cada recurso los mayores efectos. Sin dudas, su obra muestra la grandeza de la imaginación de esta autora.
Es considerable finalizar esta crítica literaria, con la cita de un gran escritora y admiradora de Jane, mencionada antes, Virginia Woolf: “Jane Austen es una maestra en el manejo de emociones mucho más hondas de lo que aparecen en la superficie. Nos estimula a proveer aquello que falta. Lo que nos ofrece es, aparentemente una tontería; pero compuesta de algo que se extiende en la mente del lector y la provee con la  más durable forma de escenas de vida, sólo en apariencia triviales. El acento está siempre puesto sobre el carácter.

Método impresionista

Se trata de recuperar la palabra crítica en todos los planos de la obra mediante las impresiones que causa en el ánimo del lector. Cada vez que leamos una obra, realizaremos diferentes interpretaciones.


Puntos importantes:

-Crítica acientífica y ajena a toda objetividad, se opone al espíritu de la crítica histórico-positivista. El acercamiento a la literatura debe darse desde posturas subjetivas en las cuales se confía en la impresión personal que una obra causa al crítico-lector. Hay que explicar la belleza de forma intuitiva de una obra sin enjuiciarlas.

-Los impresionistas rechazan todo dogmatismo y aún los estudios eruditos porque creen que la erudición impide muchas veces comprender la literatura.

-Los impresionistas se aproximan a la obra con una actitud favorable. Si la obra les resulta mala, no se toman el trabajo de gastar sus energías en criticarla, lo que se busca es concentrar los esfuerzos en las obras con las que han experimentado el placer intelectual. Llevan a cabo una reivindicación del placer del texto. Se defiende la postura de que la literatura es una actividad del espíritu y sólo es posible acercarse a ella de manera intuitiva. Es una teoría afectiva, no cognitiva del arte. Teoría basada en la sensibilidad artística del crítico, de su intuición.
- Del encuentro entre la obra y el contemplador resultan las impresiones a lo que el crítico sólo debe agregar el trabajo de expresarlas por escrito y hacerlo de la manera que lo haría si estuviese escribiendo una obra literaria. Los críticos impresionistas son críticos creadores. Se necesita la unión del talento y la sensibilidad.

Seguir leyendo:


Uno de los ejemplos leídos fueron dos poemas de Borges del mismo nombre, “Poema de los dones”, los invito a leerlos y ver cuáles son sus impresiones, qué interpretación pueden darles.

Poema de los dones

Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche.

De esta ciudad de libros hizo dueños
a unos ojos sin luz, que sólo pueden
leer en las bibliotecas de los sueños
los insensatos párrafos que ceden

las albas a su afán. En vano el día
les prodiga sus libros infinitos,
arduos como los arduos manuscritos
que perecieron en Alejandría.

De hambre y de sed (narra una historia griega)
muere un rey entre fuentes y jardines;
yo fatigo sin rumbo los confines
de esta alta y honda biblioteca ciega.

Enciclopedias, atlas, el Oriente
y el Occidente, siglos, dinastías,
símbolos, cosmos y cosmogonías
brindan los muros, pero inútilmente.

Lento en mi sombra, la penumbra hueca
exploro con el báculo indeciso,
yo, que me figuraba el Paraíso
bajo la especie de una biblioteca.

Algo, que ciertamente no se nombra
con la palabra azar, rige estas cosas;
otro ya recibió en otras borrosas
tardes los muchos libros y la sombra.

Al errar por las lentas galerías
suelo sentir con vago horror sagrado
que soy el otro, el muerto, que habrá dado
los mismos pasos en los mismos días.

¿Cuál de los dos escribe este poema
de un yo plural y de una sola sombra?
¿Qué importa la palabra que me nombra
si es indiviso y uno el anatema?

Groussac o Borges, miro este querido
mundo que se deforma y que se apaga
en una pálida ceniza vaga
que se parece al sueño y al olvido.

Jorge Luis Borges
El Hacedor 1.960 OC II (p.222)


OTRO POEMA DE LOS DONES

Gracias quiero dar al divino Laberinto de los efectos y de las causas
Por la diversidad de las criaturas que forman este singular universo,
Por la razón, que no cesará de soñar con un plano del laberinto,
Por el rostro de Elena y la perseverancia de Ulises,
Por el amor, que nos deja ver a los otros como los ve la divinidad,
Por el firme diamante y el agua suelta,
Por el álgebra, palacio de precisos cristales,
Por las místicas monedas de Ángel Silesio,
Por Schopenhauer, que acaso descifró el universo,
Por el fulgor del fuego,
Que ningún ser humano puede mirar sin un asombro antiguo,
Por la caoba, el cedro y el sándalo,
Por el pan y la sal,
Por el misterio de la rosa, que prodiga color y que no lo ve,
Por ciertas vísperas y días de 1955,
Por los duros troperos que en la llanura arrean los animales y el alba,
Por la mañana en Montevideo,
Por el arte de la amistad,
Por el último día de Sócrates,
Por las palabras que en un crepúsculo se dijeron de una cruz a otra cruz,
Por aquel sueño del Islam que abarcó mil noches y una noche,
Por aquel otro sueño del infierno,
De la torre del fuego que purifica
Y de las esferas gloriosas,
Por Swedenborg, que conversaba con los ángeles en las calles de Londres,
Por los ríos secretos e inmemoriales que convergen en mí,
Por el idioma que, hace siglos, hablé en Nortumbria,
Por la espada y el arpa de los sajones,
Por el mar, que es un desierto resplandeciente
Y una cifra de cosas que no sabemos
Y un epitafio de los vikings,
Por la música verbal de Inglaterra,
Por la música verbal de Alemania,
Por el oro, que relumbra en los versos,
Por el épico invierno,
Por el nombre de un libro que no he leído: Gesta Dei per Francos,
Por Verlaine, inocente como los pájaros,
Por el prisma de cristal y la pesa de bronce,
Por las rayas del tigre,
Por las altas torres de San Francisco y de la isla de Manhattan,
Por la mañana en Texas,
Por aquel sevillano que redactó la Epístola Moral
Y cuyo nombre, como él hubiera preferido, ignoramos,
Por Séneca y Lucano, de Córdoba
Que antes del español escribieron
Toda la literatura española,
Por el geométrico y bizarro ajedrez
Por la tortuga de Zenón y el mapa de Royce,
Por el olor medicinal de los eucaliptos,
Por el lenguaje, que puede simular la sabiduría,
Por el olvido, que anula o modifica el pasado,
Por la costumbre, que nos repite y nos confirma como un espejo,
Por la mañana, que nos depara la ilusión de un principio,
Por la noche, su tiniebla y su astronomía,
Por el valor y la felicidad de los otros,
Por la patria, sentida in los jazmines, o en una vieja espada,
Por Whitman y Francisco de Asís, que ya escribieron el poema,
Por el hecho de que el poema es inagotable
Y se confunde con la suma de las criaturas
Y no llegará jamás al último verso
Y varía según los hombres,
Por Frances Haslam, que pidió perdón a sus hijos por morir tan despacio,
Por los minutos que preceden al sueño,
Por el sueño y la muerte, esos dos tesoros ocultos,
Por los íntimos dones que no enumero,
Por la música, misteriosa forma del tiempo.

Jorge Luis Borges
El otro y el mismo 1.964  OC II (p.362)




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